Se suele hablar del Siglo XXI como un siglo
de grandes avances. Esto es muy
cierto. Se ha progresado, se ha
transformado y hasta cambiado en muchos aspectos. La Educación también ha pasado por ello. Es la tecnología junto con sus nuevas formas
de conocimientos la que permite una nueva perspectiva a considerar hacia cómo se
puede y/o debe establecer el proceso enseñanza-aprendizaje, el cual es parte
fundamental de la educación. Estas
aportaciones permiten la elaboración y uso de herramientas en colaboración
entre estudiantes además del profesor. El
disfrute de esto, por ser parte de la vida diaria de cada uno, permitiría la
comunicación rápida utilizando el manejo del tiempo y hasta el desarrollo en el
material educativo.
Hay
que reconocer que la tecnología pertenece al día a día de los estudiantes. ¿Por qué no utilizarla en el salón de clases
y fuera de este? Si esto ocurre,
beneficiaría la relación entre estudiantes y maestros. Además, la motivación
aumentaría por parte de estos. El
español es el primer idioma de Puerto Rico y ha sido afectado por malas
costumbres coloquiales, ya sea habladas o escritas. Desconocer reglas de
acentuación es un ejemplo de esto, entre otros.
Se debe considerar los estilos de aprendizaje de cada estudiante. Por
tal razón, algunas ideas podrán ser las siguientes.
Ø Una cuenta en “Facebook” para la clase y/o un correo electrónico
disponible para el contacto y comunicación con los estudiantes para la
aclaración de dudas u otras preguntas relacionadas.
Ø Dentro del salón de clases se podría utilizar la tecnología mediante
búsqueda de información, lo que permitirá la discusión abierta como en
pares. También ayudaría en trabajos en
grupos porque se desarrollaría la dinámica, la comunicación y la participación.
Ø La presentación en “Power Points”, películas, documentales, etc.,
promueve la atención y así el interés de los estudiantes por su vistosidad.
Ø Como tareas podrían utilizar la tecnología en la creación de “blogs”
para reflexiones, expresiones a compañeros, búsqueda de información… Se practicaría la lectura y la
redacción.
De esta forma
se pretende bajo este espacio educativo, que los estudiantes no se expresen de
su idioma natal como aburrido, odioso, difícil o pedante. Al contrario, se pretende que lo vean y
practiquen con ánimo, deseo y habilidad.